SOCIAL MEDIA
2 junio 2019
De la imprenta a Twitter, una revolución digital que nos obliga a reinventar nuestros valores
Convivimos con una realidad en la que los que hasta ahora han sido los “trabajadores del conocimiento” son puestos en tela de juicio constantemente, mientras que “dotamos a Siri o Alexa del poder de responder a nuestras preguntas sin dudar de la veracidad de sus respuestas”
Escrito por: María Refojos
En el microcosmos de Twitter con 330 millones de usuarios, ha pasado una cosa bastante común: el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha escrito un tweet incendiario que ha generado una reacción viral.
Una vez más, debido a la naturaleza de sus declaraciones, sus tweets han sido recogidos por la prensa internacional. BBC, Paris Match, The New York Times, El País, Financial Times… Todos se han hecho eco: si el máximo mandatario estadounidense de forma pública llama “perdedor” al alcalde de Londres, Sadiq Khan, en el transcurso de una visita oficial a la ciudad inglesa, esto es, sin duda, materia prima informativa de la mejor calidad.
Entonces, ¿qué tiene de especial la publicación de la noticia en los medios de comunicación de todo el mundo? Que cuando lo hicieron, cientos de miles de personas ya habían leído las palabras tuiteadas por Donald Trump en la red social.
Sin intermediarios
La inmediatez del mensaje, sin intermediarios y sin filtros, deja en un segundo plano no solo cualquier intento de estrategia y planificación de comunicación por parte del equipo de gobierno estadounidense, sino también el papel tradicional de los medios de comunicación como transmisores de la información. Cuando ellos llegan, la noticia ya se ha extendido como la pólvora. Ya no son los que encienden la mecha. Con suerte lograrán avivarla para que se mantenga candente más de 5 minutos. Vivimos en una jungla de sobreinformación.
Hace unos cuantos años -pero no tantos, en realidad-, nos habríamos enterado de los hechos viendo la televisión o escuchando la radio, tal y como sucedió cuando murió John F. Keneddy o cuando cayó el muro de Berlín. Hoy no necesitamos esperar y el transmisor de la noticia es la propia fuente, como en el caso de Trump. Y este es un punto de inflexión fundamental, tal y como explicó Nicco Mele en el evento ‘¿Cómo impacta la digitalización en la política y los medios?’, organizado el mismo lunes 3 de junio por el hub de conocimiento, The Valley.
Así pues, no podía haber sido más oportuna la clase magistral de este gurú digital sobre los retos que encaran la comunicación y las instituciones ante la actual revolución digital. Así sintetiza el director del Shorenstein Center on Media, Politics and Public Policy de la Universidad de Harvard su visión sobre un mundo en el que un solo tweet puede causar una crisis diplomática entre Estados Unidos y Reino Unido: “Estamos en un momento muy frágil de la historia”.
Aunque el experto considera que “en general, el futuro será fantástico”, las dificultades informativas asociadas al nuevo paradigma establecido por las nuevas tecnologías y la revolución digital hacen que las instituciones del mundo occidental se encuentren “cerca del colapso”.
Un nuevo rol
El rol de herramienta de control del poder que de forma tradicional ha correspondido a los medios de comunicación, se desvirtúa con el nuevo ‘periodismo participativo’ y ‘ciudadano’; se diluye entre las fake news (o junk news, como prefiere llamarlas Mele) y la posverdad; y se cuestiona debido a la propaganda, la inversión publicitaria y la hipersegmentación de audiencias.
Tal y como lo ilustra Mele, convivimos con una realidad en la que los que hasta ahora han sido los “trabajadores del conocimiento” (profesores o periodistas, entre otros) son puestos en tela de juicio constantemente, mientras que “dotamos a Siri o Alexa del poder de responder a nuestras preguntas sin dudar de la veracidad de sus respuestas”. Es decir, se deposita más confianza en la tecnología, sin tener en cuenta el algoritmo que cuestiona su razonamiento, con sus todavía insalvables sesgos, ni las corporaciones que controlan dicha tecnología.
“El cambio de paradigma es real” y es clave adaptarse y reaccionar ante él. Con esta afirmación Nicco Mele aborda el trasvase de poder y conocimiento desde las instituciones al ciudadano. Hoy toda la sociedad lleva en su bolsillo un ordenador mucho más potente que cualquiera de los que hubiera adquirido un gobierno en los años 70.
La cadena de transmisión de información ya no es unidireccional; ya no responde al trazado ‘Institución’ > ‘Medio de comunicación’ > ‘Público’. Ahora las fuentes de la noticia son todas aquellas personas que tengan un ordenador o un móvil a su alcance. Y la difusión es inmediata. Es más, se procesa tanta cantidad de información por minuto que el problema ya es “cómo llevar tu mensaje hasta tu público” y cómo hacer que penetre y trascienda, puntualiza Mele.
Los retos actuales
Así pues, este experto digital plantea sus principales retos para la sociedad y las instituciones políticas:
- Establecer nuevos ‘templos del conocimiento’: ante la fugacidad de las noticias, la multitarea y la victoria de la memoria a corto plazo, es necesario empoderar a los denominados “trabajadores del conocimiento”.
- Definir los nuevos valores sobre los que cimentar la sociedad del siglo XXI y extenderlos a todas las capas de la sociedad, instituciones y corporaciones incluidas.
- Reinventar la idea de regulación: hacia un sistema que se adapte a la metodología de trabajo flexible y ágil empleada en la actualidad, especialmente en las grandes empresas tecnológicas.
Pero, ¿y los medios de comunicación? ¿Qué horizonte otea Nicco Mele para un sector que desde la Gran Recesión de 2008 no ha levantado cabeza? En su opinión, el periodismo debe encontrar un nuevo lenguaje, “centrarse en contar historias diferentes, con puntos de vista alternativos”, y reconstruir su credibilidad.
Y frente a la problemática de generar beneficios a través de inversión publicitaria, un pastel que Facebook, y sobre todo Google, han engullido, ofrece tres alternativas:
- La suscripción: que entraña el riesgo de convertir la información en un artículo de lujo al dejar las mejores piezas tras el muro de pago.
- Los medios públicos: que conllevan el riesgo de convertirse en propaganda del gobierno de turno que los controle.
- Non profit news: llevar la filantropía a los medios de comunicación es un sistema que, por ahora, prácticamente apenas funciona.
Además de director del Shorenstein Center on Media, Politics and Public Policy de la Universidad de Harvard, Mele ejerce como consultor. Anteriormente, ha asesorado campañas políticas, ha fundado compañías tecnológicas, ha escrito varios libros y ha desempeñado el cargo de editor adjunto del periódico Los Ángeles Times, entre otras muchas ocupaciones.
Los nuevos poderes se encuentran en el mundo digital y siempre es interesante reflexionar sobre las dimensiones de los cambios que están viviendo todos y cada uno de los sectores en el mundo gracias a la tecnología, especialmente el de la comunicación.
SOBRE EL AUTOR
María Refojos
Social Media Manager
Viguesa de nacimiento, periodista de formación y digital de vocación. Convencida de que no hay ‘customer centric’ sin ‘comunicación centric’.