UN, DOS, TRES
4 Octubre 2016
Influencers, una nueva profesión
El auge de la figura del influencer ha modificado la forma en que las marcas, las empresas y las agencias de Comunicación y Relaciones Públicas hacen su trabajo”.
Escrito por: Ester Lara
Seguramente no os resulten desconocidos los nombres de Gala González (Amlul.com), Alexandra Pereira (Lovely-Pepa) o Paula Ordovás (MyPeeptoes). ¡Afirmativo! Son, en efecto, conocidas influencers relacionadas con el mundo de la moda, belleza y lifestyle.
Como sabéis, cada vez es más común que las marcas “fichen” prescriptores para sus campañas. A modo de “publicistas” online, hacen una excelente comunicación de sus productos o servicios y, mediante la generación de conversaciones con su público objetivo, les ayudan a ganar clientes y multiplicar ventas. Según la Asociación de Empresas Consultoras en Relaciones Públicas y Comunicación, “En los últimos tiempos se ha asistido a un cambio radical en la forma de hacer comunicación. El auge de la figura del influencer ha modificado la forma en que las marcas, las empresas y las agencias de Comunicación y Relaciones Públicas hacen su trabajo”.
Está comprobado que los usuarios confían más en la publicidad hecha por blogueros, instagramers… que en la publicidad tradicional, por lo que una de las apuestas más seguras a la hora de dar a conocer un producto o servicio es contar con la colaboración de un influencer . Su altísimo “poder de prescripción” consigue que todo lo que publiquen en sus redes y blogs consiga venderse como la espuma. Por ello, han sido precisamente las empresas las que han ayudado a que esta figura se haya convertido en una nueva profesión laboral integrada dentro del llamado Marketing de Influencers.
Entonces, ¿por qué hay empresas/marcas que todavía pretenden que hagan su trabajo de manera gratuita? Muchos piensan que su trabajo es tan sencillo como recibir “regalos”, asistir a eventos, viajar…, pero lo cierto es que no es oro todo lo que reluce. Se trata de una labor mucho más compleja: revisar cientos de correos electrónicos, sacarse fotografías y grabarse vídeos continuamente, actualizar sus blogs y redes sociales, responder comentarios de sus seguidores o asistir a eventos y viajar incluso cuándo están enfermos. En resumen, trabajar las 24 horas los 365 días del año y renunciar, en cierta medida, a su privacidad.
De este modo, las empresas también deben poner de su parte y establecer una relación formal con ellos, como si de un de un trabajador autónomo se tratase. Así pues, las tres principales recomendaciones a la hora de contratar un influencer son las siguientes:
- Realizar una búsqueda previa para saber quiénes son y a qué se dedican.
- ¡Les encanta ser los primeros! Por ello es muy importante ofrecerles una experiencia única o exclusiva.
- No hay que intentar engañarles.
Sea con una mayor o menor remuneración, que hable de belleza, deportes o viajes, la figura del influencer como profesional ha llegado para quedarse. ¿Cómo? Formalizando sus contratos.
SOBRE EL AUTOR
Ester Lara
Ejecutiva de cuentas
Periodista. Si no comunico, otros lo harán por mí.