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13 Septiembre 2016

El irrenunciable camino hacia el personal branding

En un mercado tan homogéneo como el actual, la construcción de una marca personal es indispensable para ganar un peso específico en un determinado sector, diferenciarse y ‘marcar territorio’.

Escrito por: Isabel Gata

¿Qué tienen en común nombres tan dispares como Steve Jobs, Jeff Bezos, Barack Obama, Madonna, David Beckham o Lady Gaga? Todos constituyen un ejemplo de marca personal de éxito. Pero, ¿por qué ellos? ¿Cómo han logrado ser tan conocidos? ¿Cómo han conseguido dejar huella? ¿Qué les ha permitido diferenciarse del resto y ser únicos?

¿Necesitamos realmente crear nuestra propia marca personal? ¿Es un mero artificio o puede ser crucial en nuestra vida laboral? En un mercado tan homogéneo como el actual, la construcción de una marca personal es indispensable para ganar un peso específico en un determinado sector, diferenciarse y ‘marcar territorio’. Necesidad que se ha transformado en exigencia en el actual mundo online. Por tanto, el personal branding ha de ser entendido como una valiosa herramienta de marketing que potencia el talento. Pero no todo vale, la construcción de una marca personal exige una estrategia, de comunicación, para ser exactos. ¿Cómo plantearla? Estos tres sencillos pasos constituyen la guía fundamental:

  1. Conocerse a sí mismo: Descubrir los propios valores, cuáles son nuestros puntos fuertes y débiles, qué atributos nos diferencian del resto y nos hacen relevantes. Es una fase de autoconocimiento y reflexión, en la que no se debe caer en el error de proyectar en nosotros mismos valores ideales con los que realmente no nos identificamos. ¡Sinceridad ante todo!
  2. Posicionarse como experto: Saber mucho y no compartirlo, más en la era de Internet, es un auténtico despilfarro. Para fortalecer la reputación y prestigio profesional, hay que compartir nuestro conocimiento sobre un sector concreto. Y no de cualquier forma, siempre con contenido e información de calidad, un lenguaje sencillo y fácil de entender por todos y adaptando el mensaje en función de cada espacio y, por supuesto, del público receptor.
  3. Cómo comunicarlo: Ya tenemos los valores propios y el conocimiento interesante que compartir. Y ahora, ¿qué? Conversa con tu alrededor, cuéntale cómo eres, qué haces, cómo y por qué. Interacción es la clave de esta fase de consolidación de la marca personal; siempre con un discurso basado en la coherencia, autenticidad, naturalidad y transparencia. El objetivo: impactar a la mayor audiencia posible o al menos al público que más nos interesa, utilizando diversos canales, desde las relaciones cara a cara a conversaciones a golpe de clic. La clave es generar visibilidad y ser reconocidos por consumidores, posibles socios o inversores.

El personal branding es, por tanto, estrategia, no improvisación, por lo que es aconsejable el asesoramiento profesional para descubrir tu propia historia, desarrollarla y comunicarla. Una historia auténtica, con valor, diferente y que genere interés.

La construcción de la marca personal requiere implicación y paciencia para moldearla poco a poco; es un proceso de construcción continuo y a largo plazo. Exige, también, flexibilidad, para una vez medido el impacto generado, plantear posibles mejoras.

No hay que olvidar, además, que una marca profesional puede desaparecer, pero la personal continua adherida a la propia piel, sobrevive y se convierte en un factor esencial para el éxito de futuros proyectos profesionales.

SOBRE EL AUTOR

Isabel Gata

Ejecutiva de cuentas

Inquieta, curiosa, inconformista. No entendería un mundo sin comunicación, cómo no ser periodista.

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